La interacción entre tecnología y ciudadanos centra las ponencias de la primera jornada de Smart City Expo & World Congress
Anthony Townsend: “No podemos permitirnos el lujo de repetir los errores del siglo XX”
“La urbanización del planeta se completará en lo que dura la vida de nuestros hijos y será para siempre. Sólo tenemos una oportunidad para llevar a cabo esta urbanización de manera adecuada. No podemos permitirnos el lujo de repetir los errores del siglo XX”. Anthony Townsend, Research Director del Institute for the Future, introdujo esta advertencia en una presentación a la que siguieron diferentes y en ocasiones muy divergentes visiones sobre cómo afrontar el reto de pensar el futuro de las ciudades.
Las nuevas tecnologías impulsan de manera decidida la materialización del concepto de “Smart Cities”. Pero, ¿significa “más inteligentes” necesariamente mejores? En pos de ciudades más sostenibles y con una supuesta mejor calidad de vida, ¿quién decide qué tecnologías utilizar y cómo? La respuesta no es única ni sencilla, tal como demostraron las diferentes visiones de los participantes en la segunda sesión plenaria de Smart City World Congress.
Townsend ya adelantó en su presentación los conflictos que sin duda emergerán durante los próximos años entre los diferentes actores involucrados en la configuración de las futuras ciudades. “Para suavizar esta conflictividad será necesario incluir a todo el mundo en el proceso”, recomendó Townsend, quien abogó por hacer de las actuales ciudades laboratorios vivientes para encontrar las mejores soluciones a cada problema. Este uso de las ciudades como bancos de pruebas comportará, además, otra ventaja ya que, tal como él mismo destacó, “no va a existir una única respuesta trasladable de una ciudad a otra, por lo que cada una deberá encontrar sus propias soluciones”.
Control administrativo versus orden espontáneo
Adam Greenfield, fundador de Urbanscale y experto en desarrollos tecnológicos amigables, supuso el contrapunto en una sesión plenaria posterior en el que abundaron las soluciones y experiencias presentadas por compañías como IBM, Siemens o Endesa. “Se habla mucho sobre tecnología y parece olvidarse que una smart city es, en primer lugar, una ciudad”, dijo.
Durante la sesión, Greenfield contrapuso los dos modelos con los que puede afrontarse la transformación de las ciudades. Uno, representado por el urbanismo de Le Corbusier o el diseño de ciudades como Brasilia, en las que prima la necesidad de control por parte de sus administradores. El otro, el que rechaza esa planificación “top-down” y aboga por el orden espontáneo desde la base. Greenfield se decanta por el segundo y llega a definir las ciudades diseñadas desde cero como “simples experimentos”, puesto que “no existe la oportunidad del chequeo con la realidad”.
Anne Altman, General Manager de la división Global Public Sector de IBM, por el contrario, defendió las soluciones tecnológicas que compañías como la suya pueden ofrecer para hacer de las ciudades un mejor lugar para vivir. Altman reconoció que, por otra parte, sí debería cambiarse una cierta cultura imperante durante los últimos años y optar por tecnologías lo más abiertas y escalables posibles.
Para Joan Clos, Director Ejecutivo del programa UN-Habitat de Naciones Unidas, este puede ser un interesante debate filosófico, pero las ciudades necesitan hoy de soluciones pragmáticas no ya para los próximos 30 años sino para los próximos 10, periodo en el que, por ejemplo, doblarán su población muchas ciudades africanas en las que ya hoy el 60% de sus habitantes viven en chabolas. “Si no aportamos soluciones a este tipo de problemas, podemos empezar a ver desastres humanitarios”, advirtió.
Para el ex alcalde de Barcelona, no hay sino que abrazar el concepto de “smart city”, “lo contrario ¿explicó- significaría estar de acuerdo con su opuesto, la ¿stupid city’, idea que no creo que suscriba nadie”. Clos habló del cierto consenso existente respecto a los errores de una planificación de las ciudades durante los últimos 100 años, basada especialmente en el acceso a una energía barata. “No existe sin embargo ese consenso respecto a cómo han de ser las ciudades del futuro”, recordó.
Ciudadanos inteligentes para unas ciudades inteligentes
Para Rosa Mª García, CEO de Siemens Spain, no se trata de escoger un uso de la tecnología que convierta las ciudades en un “Gran Hermano”. “Las soluciones adoptadas, declaró, vendrán de lo que cada ciudadano pueda aportar, pero también del esfuerzo de los políticos y de sus decisiones, y de las capacidades que las empresas puedan aportar”.
En este mismo sentido se manifestó José Luis Marín, CEO de Endesa Red, para quien “las ciudades serán inteligentes porque estarán habitadas por ciudadanos inteligentes”. “Existe el poder de elección sobre el uso que damos a las tecnologías o sobre cuáles utilizamos o no”, añadió el responsable de la compañía eléctrica, quien enfatizó la importancia de una mejor gestión de la electricidad y destacó entre las innovaciones propuestas por su compañía nuevos dispositivos como los iSockets capaces de ofrecer información sobre la manera en la que se gestiona el consumo energético en cada hogar.